Se resigna el tiempo,
se hace sumisa la vida a ciertos años,
acaso sabes envejecer por ser mujer
y como florero triste
conviertes tu cuerpo en recipiente
conteniendo la flor de la vida,
marchitándose.
Se sabe del ayer. Yo era ella.
Me llevabas en la mano
y eras feliz, estabas enamorado.
Sonreías, me deshacía en pétalos,
tú los besabas danzando y dando giros.
Jugabas con la flor mareada.
...
-A veces recordar ayuda y acompaña
un paseo por la avenida de tilos.
Recuerdo mi timidez distante
y tu necesidad de tocar tanta inocencia.
Ahora la flor suspira dentro de mi alma
y comprueba como algún vacío falta
temiendo adelantarse a mis pasos.
Soy mayor, porque voy perdiendo savia
y como flor de florero me sé sin vida
mientras camino por la avenida
en medio de la algarabía de los pájaros;
ellos buscan un lugar para sus nidos.
Uno idóneo donde pasar la noche.
¡Siempre es lo mismo a este lado...!
-Nunca se cansan de recordar quién eres, cómo eres,
qué debes hacer, tu lugar, dónde ir y lo que debes callar...-
Discuten entre ellos las mejores ramas
y yo, sobre la mía, amando, pienso
y reclamo a Dios mis alas
por si acaso se olvida que también soy ave.
Elisa-12
se hace sumisa la vida a ciertos años,
acaso sabes envejecer por ser mujer
y como florero triste
conviertes tu cuerpo en recipiente
conteniendo la flor de la vida,
marchitándose.
Se sabe del ayer. Yo era ella.
Me llevabas en la mano
y eras feliz, estabas enamorado.
Sonreías, me deshacía en pétalos,
tú los besabas danzando y dando giros.
Jugabas con la flor mareada.
...
-A veces recordar ayuda y acompaña
un paseo por la avenida de tilos.
Recuerdo mi timidez distante
y tu necesidad de tocar tanta inocencia.
Ahora la flor suspira dentro de mi alma
y comprueba como algún vacío falta
temiendo adelantarse a mis pasos.
Soy mayor, porque voy perdiendo savia
y como flor de florero me sé sin vida
mientras camino por la avenida
en medio de la algarabía de los pájaros;
ellos buscan un lugar para sus nidos.
Uno idóneo donde pasar la noche.
¡Siempre es lo mismo a este lado...!
-Nunca se cansan de recordar quién eres, cómo eres,
qué debes hacer, tu lugar, dónde ir y lo que debes callar...-
Discuten entre ellos las mejores ramas
y yo, sobre la mía, amando, pienso
y reclamo a Dios mis alas
por si acaso se olvida que también soy ave.
Elisa-12
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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.
A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...