Me confunden los tiempos de alboroto,
tolerar injusticias, por si acaso
aunque beba mis colmos en mi vaso,
sin echar el amor en saco roto.
Una sabe quién vive para un voto...
Quien tolera o sucumbe a cada paso...
Quien se pinta su sol en cielo raso,
¡calentando su vida con la foto!
Nunca me echo de menos, no soy mucho;
entre tantos soy mezcla igual que todo.
En la cifra de humanos con sus gana
empujando si aprieta cada achucho,
¡por abrir una brecha codo a codo (?)...
y alcanzar otra luz de algún mañana!
¡Sí, llegué como 'rana'!
Pues la tengo saltando por mi pecho
vigilando un latir siempre al acecho.
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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.
A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...