miércoles, 12 de septiembre de 2012

En tus manos mi tiempo

Dame de tu tiempo en un poema
que reviva la fe y me despierte
de este sueño de amor, en que se funde 
la paciencia en la ausencia con dolor.

...
He aprendido del insomnio sus cansancios
pero he aprendido con ellos a dormir,
a que se ocupen de mí salud y de mi tiempo
aunque se hagan a la orilla del alba
y me lleven a ser arena de tu playa.

Las fogaradas de las ideas
son las velas de mi barca.
Obstinadas llamas de hilachando rostros al crepúsculo
con sus miradas que velan regresando
a esos sueños contumaces
sin recoger amarras.

He aprendido del insomnio
a no ver sólo gaviotas volanderas,
hambrientas de lo fácil de una pesca...
Y abismado en el crepúsculo interior
reconozco mis versos de colores
que ofrezco a mi epílogo en los cansancios.

Retazos de luz remiendos son de mis velas
en la humedad derramada de un latido.
Pues se viaja en la quietud enmudecida del silencio
y se entiende el equipaje sin la queja.
Por eso he aprendido a no estremecerme ante ellos.
Debo llevar firme el timón en cada encuentro.

He aprendido a reconocer mis alas en vuelo...
A ver cómo echo en sus lances pensamientos
y como ellos construyen la nostalgia,
los rabos de las nubes donde se cuelgan
estos oleajes sonámbulos de sueño,
mientras avanzan en un cielo
mis tardes con sus cantos.

Amor, en tus manos mi tiempo
ha aprendido saborear la arena
que tu besas,
pero me sigue faltando aire sin poemas.


Elisa en: "Don Anselmo"

* http://lacharcaderanitazul2.blogspot.com.es/2012/06/just-four-you-ernesto-cortazar.html

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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.

A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...