No sabes de las tantas preguntas
que marchitan el tiempo,
y hacen de los años
un puñado
de verdades
constreñidas
en su eterno cavilar de luna llena.
...
Foto: fcastillalattke
I
Ponte a pensar
si desabrochas las camisa de tus nadas
desnudando las aflicciones de un otoño,
que se niega a ser de la hojarasca.
...
Por eso, paso como sombra
al patio del mundo, este otro figurado
donde no vienes.
...
- Todavía la tecnología no llega aunque me sirva.
Porque, este mi patio del ayer
y del mundo se ha perdido,
aunque aún quede bullicio
y todos juegan a vivir
con sus cartas,
¡pero ninguno lleva la de suertes
escondida bajo la manga!
Yo jugué y he jugado limpio.
...
II
con esas otras ilusiones de escaparate
y de revista con olor a papel cuché,
coqueteando a la vida, su esperanza.
Ríen,
hablan,
piensan y escriben...
Miran desde su balcón
a los niños jugando con canicas
y a las niñas con lo de siempre...
saltando su rayuela;
alguna peina su muñeca calva
el ralo cabello que la queda.
Hay un hombre encarado con la tele
disparando con el mando a la distancia.
Una mujer hace poemas.
Otros, allá fuera en la plaza, bajo los soportales fuman
y cuentan sus batallas.
La mujer que escribía poemas se asoma al balcón,
despertando por dentro alguna racha
de vientos invernales que la acosan
y sacuden aún el amor de una esperanza.
Una corneja hace su nido en el campanario
y se oye el llanto de un infante.
Hay vida siempre alrededor, dentro y fuera.
-No siempre la existencia es dichosa.
La mujer se limpia algunas lágrimas,
cierra el balcón y la tarde se agota
cansada de ser la de todos los días.
...
y de revista con olor a papel cuché,
coqueteando a la vida, su esperanza.
Ríen,
hablan,
piensan y escriben...
Miran desde su balcón
a los niños jugando con canicas
y a las niñas con lo de siempre...
saltando su rayuela;
alguna peina su muñeca calva
el ralo cabello que la queda.
Hay un hombre encarado con la tele
disparando con el mando a la distancia.
Una mujer hace poemas.
Otros, allá fuera en la plaza, bajo los soportales fuman
y cuentan sus batallas.
La mujer que escribía poemas se asoma al balcón,
despertando por dentro alguna racha
de vientos invernales que la acosan
y sacuden aún el amor de una esperanza.
Una corneja hace su nido en el campanario
y se oye el llanto de un infante.
Hay vida siempre alrededor, dentro y fuera.
-No siempre la existencia es dichosa.
La mujer se limpia algunas lágrimas,
cierra el balcón y la tarde se agota
cansada de ser la de todos los días.
...
III
En el patio de la vida
unas muchachas se entretienen felices
cantando la última canción de moda,
miran el surtidor enamorado de la plaza
y los muchachos en corrillos, ríen mirando el suelo,
conteniendo la vida en su mirada y otras ansias.
Sus madres las llaman desde las ventanas
para recogerse en sus hogares.
...
Y, yo, testigo mudo que deambula otros tiempos
miro la fuente donde beben
y se acicalan unos pájaros;
mas no todo parece ser de encanto
invadiendo el plástico mi aliento
y alguna radio vocifera una goleada.
Pero quiero inventarme un mágico sueño
sin ese pensar frío y oscuro,
por ser del ayer sombra de pasados,
quiero sentir que no hay miedo o dolor
en este ahora eterno por no ser algo más
cuando soy alguien,
todo lo que convierte a los sueños en marchitados
juegos de un invierno.
-Y, allí, mi astral de cuerpo transparente
transformado en vida sensitiva con palabras,
pero éstas, exigen el pago de sus cuotas
y, a la vuelta, si no se ha sanjado la deuda con la vida
con dolores, olvidos, desamor y otros sueños,
volveremos a repetir de lo tanto ya olvidado.
...
Las muchachos ven alejarse a las chicas
que coquetean y ríen y se entristece su mirada.
...
Las casas de soportales se sostienen
en gruesas columnas de granito
y las almas también en ilusiones de amor.
De las unas, cuelgan de sus balcones flores perfumadas;
de las otras, todo lo que los cuerpos
desean experimentar en sus vidas
¡siglo tras siglo!
Las almas nunca protestan,
sólo ven su experiencia asomada a su eternidad.
La gente se recoge poco a poco
hay olor a comida por un rato, lo percibo.
Luego, se cierran puertas y ventanas
y la lluvia se hace presente
con sus aguaceros de otoño,
ella siempre llega corriendo
envuelta en el aire fresco de las montañas.
...
En la plaza que atraviesa algún misterio,
ha pasado mi sombra y va callada,
pero ha echado a los vientos un poema
quedándose el amor vibrando en el aire,
mientras besa otra vida a lontananza.
En el patio de la vida
unas muchachas se entretienen felices
cantando la última canción de moda,
miran el surtidor enamorado de la plaza
y los muchachos en corrillos, ríen mirando el suelo,
conteniendo la vida en su mirada y otras ansias.
Sus madres las llaman desde las ventanas
para recogerse en sus hogares.
...
Y, yo, testigo mudo que deambula otros tiempos
miro la fuente donde beben
y se acicalan unos pájaros;
mas no todo parece ser de encanto
invadiendo el plástico mi aliento
y alguna radio vocifera una goleada.
Pero quiero inventarme un mágico sueño
sin ese pensar frío y oscuro,
por ser del ayer sombra de pasados,
quiero sentir que no hay miedo o dolor
en este ahora eterno por no ser algo más
cuando soy alguien,
todo lo que convierte a los sueños en marchitados
juegos de un invierno.
-Y, allí, mi astral de cuerpo transparente
transformado en vida sensitiva con palabras,
pero éstas, exigen el pago de sus cuotas
y, a la vuelta, si no se ha sanjado la deuda con la vida
con dolores, olvidos, desamor y otros sueños,
volveremos a repetir de lo tanto ya olvidado.
...
Las muchachos ven alejarse a las chicas
que coquetean y ríen y se entristece su mirada.
...
Las casas de soportales se sostienen
en gruesas columnas de granito
y las almas también en ilusiones de amor.
De las unas, cuelgan de sus balcones flores perfumadas;
de las otras, todo lo que los cuerpos
desean experimentar en sus vidas
¡siglo tras siglo!
Las almas nunca protestan,
sólo ven su experiencia asomada a su eternidad.
La gente se recoge poco a poco
hay olor a comida por un rato, lo percibo.
Luego, se cierran puertas y ventanas
y la lluvia se hace presente
con sus aguaceros de otoño,
ella siempre llega corriendo
envuelta en el aire fresco de las montañas.
...
En la plaza que atraviesa algún misterio,
ha pasado mi sombra y va callada,
pero ha echado a los vientos un poema
quedándose el amor vibrando en el aire,
mientras besa otra vida a lontananza.
Australia Elisa Lattke Valencia-12
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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.
A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...