viernes, 5 de octubre de 2012

Borrador de mi tiempo



Como un Stradivarius que se aprecia
aprendí con paciencia
a aguantar cada silencio,
amándolo.
Aprendí a andar a tientas
como sombra...
A saber de las noches
sin el sueño
y, a reconocerme loca
ante un espejo
por ser la nota solitaria de una cuerda.

¡Y por aprender y saber más de la cuenta,
me quedé llorando al sentimiento!
...
Llora mi alma detrás de los helechos,
suspira el corazón por las agüeras
y se siente por los vados la berrea.
Hay vida allá en esos montes de castaños;
cuando sale "el sol de los venados"
y los ciervos no son libres...
 como dicen los hombres que los cazan.
Ellos saben ser 'pieza' y carne de otros siervos.
Y los hombres de un Dios que se derrama.

Elisa


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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.

A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...