"...aquel tiempo. Oh, cómo era yo Una,
ningún requerimiento, ninguna alevosía;
fue mi silencio como el de una piedra,
por la que arrastra el agua su murmullo.
Rainer maría Rilke -"Sobre el amor"
Por cada latido se vive vida nueva
y sístole promete la devoción alterna;
no se arruga la voz ni se estira el silencio
sólo la prudencia se echa un siesta y espera.
Por este Caribe interior se derriten los verbos
y las tormentas se nutren de sargazos.
Algunos de los dilemas los suscitan las lecturas serias
en esos textos convulsos que no se privan de todo lo prohibido
y la diástole, acompasando el ritmo los bombea de hambres.
Circundado es el amor inocente
pero hay viajes virginales prometiendo muertes pequeñas
Se sueña en la cripta conjugando la paz del silencio,
la percepción de lo sentido en medio de la tribu de verbos se alza en guerra
y una, se hace un murmullo de una historia bajo el árbol,
el bien y el mal son dos ángeles que luchan por ser uno.
Pensar que sólo sirves a una agonía eterna de inspiraciones,
semejante desnudez no se inventa el paraíso eterno
pero cuartea el fango de los que nos creen idiotas.
¡Ah, pero qué bendita fronda bajo los ojos de noches de luna
y el mar revuelto, delirando, se hace amigo y nos mece murmurando!
Elisa en: "Salambó"
no se arruga la voz ni se estira el silencio
sólo la prudencia se echa un siesta y espera.
Por este Caribe interior se derriten los verbos
y las tormentas se nutren de sargazos.
Algunos de los dilemas los suscitan las lecturas serias
en esos textos convulsos que no se privan de todo lo prohibido
y la diástole, acompasando el ritmo los bombea de hambres.
Circundado es el amor inocente
pero hay viajes virginales prometiendo muertes pequeñas
Se sueña en la cripta conjugando la paz del silencio,
la percepción de lo sentido en medio de la tribu de verbos se alza en guerra
y una, se hace un murmullo de una historia bajo el árbol,
el bien y el mal son dos ángeles que luchan por ser uno.
Pensar que sólo sirves a una agonía eterna de inspiraciones,
semejante desnudez no se inventa el paraíso eterno
pero cuartea el fango de los que nos creen idiotas.
¡Ah, pero qué bendita fronda bajo los ojos de noches de luna
y el mar revuelto, delirando, se hace amigo y nos mece murmurando!
Elisa en: "Salambó"
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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.
A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...