11 de diciembre de 2014 a las 16:32 ·
Con el chal del tiempo por mi espalda
y su azar convidando a un tierno cielo,
se entretiene la vida en su desvelo
y los aires del viento por mi falda.
Con la sed en umbral de una sonrisa,
provocando mareas y huracanes,
se sacude la luna sus afanes
de este mundo de sueños de repisa.
Indudable pensar e incomparable,
siendo el alma una alondra que va herida
con mis versos surgiendo de mi adentro.
Ya lo sabe el poema inimitable
que forjé por las olas distraídas,
cabalgando feliz hacia su encuentro.
Australia Elisa Lattke V. en: "don Anselmo"
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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.
A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...