Foto: Felipe Castilla Lattke
Imagen: Jardines de Aranjuez
Cuando yo me vayaviajaré en el humo,al viento en pavesasdonde me difumo.Por brumas azules,o hilachas de seda,con duendes de cuentodanzando en la niebla.Seré de tu llantoamor en salmuera,tornando al vacíopor soles de espera.Cuando yo me vaya,prefiero la tarde...Y ese beso dulcedonde pueda amarte.Sentirte conmigoen vida y, por dentro,dejando mi amorinflarse en el viento.
En cualquier verano.de tarde calmada,escuchar los grillosy algunas cigarras.Silbarán los mirlos...por montes y esteros,sentirás que tiemblanlas voces de inviernoMientras croa un sueñodebajo del agua,suspirando al vientoque se lleva un alma.alv: ''Ranita Azul''
En el arte de la escritura poética, resulta necesario ser imaginativo. Creador al mismo tiempo para ser original, dando otro giro al texto del verso, sin tener que arrepentirte de resonancias o vicios del lenguaje; repeticiones que para nada embellecen un escrito, y como en estos versos dejo esa mixtura sin apartar el lenguaje que no rompe la armonía de cualquier labor poética, aunque la ortodoxia la pida siempre y eso lo tengo en cuenta, le doy cierta cadencia que se mece en la musicalidad de la palabra.
*Decir poco cribando las palabras para que suenen bien, es hacer acústica con los fonemas, sin que los hiera algún chirrido o ripio.*
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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.
A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...