Yo sé mi bien que toda angustia tiene
la llama de un señuelo y nos consume
el alma que apostamos si se asume,
la triste sintonía y la mantiene...
Del aire que respiras ella sostiene,
la húmeda nostalgia y la resume
en besos de embeleso con perfume;
en éxtasis de amor ella entretiene.
Yo sé algo que sabes... Nos eleva
al cielo dulcemente y en bonanza,
al cuerpo da placebo en esta tierra.
Con versos de los astros nos renueva
hechizos nos consuelan por confianza;
¡y Dios en su regazo nos encierra!
Ranita
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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.
A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...