lunes, 13 de mayo de 2013

Huésped de un amanecer

Con la luna por el agua
ha revuelto las mareas,
porque el mar las ama tanto 
tienen cuerpo y las cimbrea. 



Quiero inventarme un viaje diferente,
ver en tu rostro el enigma escondido,
algún sol, algún río, la palabra no usada,
la travesía sin límite, un rodar de camino;
el sembrado y el surco del hogar que no es mío.
Quiero ser el lápiz que dibuja caminos,
que descubre horizontes que robaron mi calma.
Y en tu cuerpo desnudo arropado con otro,
sentenciar los momentos que robaron el alma.
Quiero mi mirada dirigida a la tuya
hacia el atlas del cuerpo con las luces del alba,
compartiendo memoria, descubriendo veredas,
dibujando sonrisas de silencios que llenan.
Sé que en el umbral del subconsciente
donde tejes alfombras de praderas florecidas,
me coronas los pensamientos en noches vacías
y me regalas el disco plateado,
donde peinas los hilos de larga cabellera...
¡Allí se enredó mi palabra, con mi estrofa viajera!
Por eso... al volverme, sabrás que me dejas,
fogaril en mis manos para sombras de penas.
©Elisa Lattke
___16-10-2008___
Las ranas saben, los hombres piensan, el aire lleva, los sueños quedan; mas un silencio todo lo encierra. (Elisa Lattke-09)

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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.

A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...