jueves, 8 de noviembre de 2012

...huellas en el camino


Como un remolino en el agua del río
la vida se acumula en las calles del pensamiento;
ella se escurre por las rendijas,
trasciende en las cavernas de los cerebros
y conjuga los recuerdos de la memoria.

Como un remolino en la estancia del tiempo,
se  dirime el contenido de su densidad
inundando la demografía de todo lo vivido,
de todo lo que fue, es y será...
Y seremos conducidos al desagüe
por inservibles al cometido verdadero
o, flotaremos grávidos
evitando el mal que criba el resultado.

Dentro como el ojo del dios menor que siempre mira,
veremos la conciencia individual agazapada,
sin forma humana porque ella no nos pertenece
mientras seamos de la sombra,
mientras no sepamos salir de ellas...
Confundidos y a tientas
buscaremos una salida hasta que demos con la Verdad.
La Luz, interruptor del alma, nos hará tangibles,
nos descubriremos y conoceremos quiénes somos.
Pero para entonces tendremos que saber
porqué hemos vuelto...
...
Sí, seremos seres impensables pero sí explicables...

Números o palabras en renglones que se heredan.
Historias de vida en la acuosa pupila que nos descubre,
frágiles, maleables y alumnos aprendiendo de nuevo
porque estamos con nosotros, pero somos ya maestros.

¡Ah, cuanta culpa en el cieno que se ignora
por no saber ser del cielo de acogida!
¿No será más bien que ese 'dios' tan buscado
esté y haya estado en nosotros... todos...
y andamos a oscuras sin saber cómo encontrarlo?

¿No será que Él en su infinito Amor
se ha repartido y necesite de nosotros,
porque siendo Padre y Creador manco ha quedado,
mutilado acaso  por darnos tanta vida
y quiera que sepamos, que siendo Uno,
seremos por fin cerebro y bienvenida.

-¡Ah, bendecida es la idea de un Dios cuando la Fe no falta!
...

Sí, eso quizá seamos todos los que  en el interior  guardando tanta vida como energía, llevando nuestros pensamientos en esa misma corriente del río pensante, que así discurre interactivo con otros seres inteligentes que piensan lo mismo y por la mismas calles de ciudades interiores; caminamos sin saber o sabiendo donde nos dirigimos, a veces con el temor de descubrir lo bello o lo malo entre tantos Km andados, pero desde el mismo punto donde nos dejaron y tuvimos una pequeña o gran historia que marcó el futuro; muchas veces sedientos de esa anterior realidad que se añora o..., abiertos a la que puede ser parte de algún sueño inesperado que sucederá en cualquier momento, un mañana den la luz del mundo cuando ya la misma empieza a apagarse de nuevo. Por eso te entiendo y te leo dentro de mí, mi querida Alma.

Esto que te dejo forma parte de  esos seres impensables pero sí explicables que somos  todos, pero todos los que están atentos a la razón que nos mueve por este lado del Universo, donde la vida aún cabe en un puñado de letras y renglones, donde ella confunde o e confunde; donde trata de defenderse  de sus detractores o críticos, donde te sientes desgarro de una misma piel que se estira  y se estira desde el suelo hasta su cielo de forma interminable. ¡Ah, trilogía de ser en lo mismo que se vive y se ha entendido siempre! Porque hasta eso debo de tener a mis años para sentir que la palabra forma parte de mi herencia en esta fusión de vida que me debo y, fiel, hago de la misma un disfrute en la memoria esparciendo pensamientos. Por eso camino observando qué llevan otros pensamientos, leo y las letras juegan ante mi mirada y me describen otros mundos aún sin descubrir, sin haberse vivido, pero lo más hermoso de todo es sentir que caminas entre ellos y que es la prosa y la poesía la que lleva en la misma corriente. Todo ello me sugieren un mundo, tú, el otra, ella, tantos que sí son fructíferos cuando pasamos por sus realidades, pero siempre hay quien se queda en la nuestra para siempre. Es como ir de forma paralela a quien camina por la misma ciudad pero en hemisferios cerebrales diferentes, son otras preocupaciones mientras se piensa, medita y mira lo que lo rodea, pero a veces debes sentir su mundo interior con el peso de su tiempo y no de la edad que ese es otro... Unos ya vuelven...

Alma, te dejo, sólo voy de camino y comentando lo que tú me sugieres mientras la ciudad interior me brinda su paisaje y el de sus gentes... Disfruto pero también me preocupo, comprendo y veo que todos convergemos al final en ese punto...

Australia Elisa Lattke V

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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.

A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...