Dame tú la vida y gozo
avecilla de alegría,
apurando cada día
de la vida en un retozo.
Este canto de alborozo
cuando el sol sale y saluda,
que no te quepa la duda
el fulgor de mi alumbrado
cuando cruzan por el vado,
si sé lo mucho que ayuda.
***
En el dulzor de ternura
del oro de tu tesoro,
soy regalo en este coro
con el verso de lisura.
Y te lo doy por ventura
como si fuese una fiesta,
siendo palabra modesta
en la estrofa que se afirma
cuando le pongo mi firma,
a décima sin orquesta.
Elisa
(De: El dulzor de la ternura)
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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.
A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...