jueves, 29 de octubre de 2015

Levedad del alma

Como cascada de pensamientos en ella está mi Hacedor y  en su inmensidad, la derrama. *alv
Foto: alattkeva (Praga- Sept/2015
¡Cúbreme tiempo y razón,
despejando mi camino;
cúbreme juicio y destino
de placer mi corazón!
Y, cúbreme la sazón
descubriendo qué me cubre,
bueno por ser salubre
al no sentirme desnuda;
pues el alma no lo luda
ni el amor... que ella descubre.
Como pompa de jabón
presa de fugaz vuelo,
iluminase mi cielo
cubierta de su ilusión.
Y, dentro de mi mansión,
me eleva como burbuja
y por el aire me empuja
en su justa levedad...
¡Ah, Señor, tened piedad
del alma de mi cartuja,
que por más que ella se eleva,
mi cuerpo, la luna embruja!
"Ranita"

miércoles, 14 de octubre de 2015

 Foto: alattkeva (La Herradura-Málaga- España/2014, al alba)

Dios siempre traza curvas, rectas y ángulos,
pero sobre todo el espiral donde la vida trasciende;
para saber llegar de nuevo al mismo punto de partida. (alattkeva)

***

Me toca a mí, hablar...
Podría ser un estudio interesante
traspasar la luz y la voz de las hojas.
Dios lo hace a menudo y nos cautiva.
Cualquier explicación que dé, es un sueño consciente.
Es como la distancia y su cercanía,
la luz y las sombras vistiendo la arboleda,
la mar con su mirada hecha de oleajes... avanzando,
guardando sus terribles idilios de ternura.
Por esto y tantas cosas más,
tú, lo llamas 'Dios', como te gusta;
yo, le llamo como lo siento en ti:
con su monólogo mudo,
en el ser que te percibe
y se angustia, alegra, reconoce y se descubre...
Enamorado 
¡Me toca a mí decirlo!
Enséñame tu cielo en mí!
O, si lo prefieres, atrapa un pensamiento de arena...  
¡Y cuéntalos con su mar de ideas!
¡Son tantos los que se callan,
callamos y se guardan!
Porque, Él, está en todos. 
Se reconoce y nos reconoce en la geometría de los silencios,
y en el amor que nos calla y nos que callamos.
*
A. Elisa Lattke V.

Me toca hablar a mí...

 Foto: alattkeva (La Herradura-Málaga- España/2014, al alba)

Dios siempre traza curvas, rectas y ángulos,
pero sobre todo el espiral donde la vida trasciende;
para saber llegar de nuevo al mismo punto de partida. (alattkeva)

***

Me toca a mí, hablar...
Podría ser un estudio interesante
traspasar la luz y la voz de las hojas.
Dios lo hace a menudo y nos cautiva.
Cualquier explicación que dé, es un sueño consciente.
Es distancia y cercanía,
la luz y la sombra vistiendo la arboleda,
la mar con su mirada hecha de oleajes, avanzando,
guardando sus terribles idilios de ternura,
lamiendo la arena de su orilla.
Por esto y tantas cosas más,
tú, lo llamas 'Dios', como te gusta;
yo, le llamo como lo siento en ti:
con su monólogo mudo,
en el ser que te percibe
y se angustia, alegra, reconoce y se descubre...
Enamorado

¡Me toca hablar a mí!
Enséñame tu cielo en mí!

O, si lo prefieres, atrapa un pensamiento de arena...
¡Y cuéntalos con su mar de ideas!
¡Son tantos los que se callan,
que callamos ya se guardan!
Porque, Él, está en todos.

Se reconoce y nos reconoce en la geometría de los silencios,
y en el amor que nos calla y nos que callamos.
*
A. Elisa Lattke V.

lunes, 5 de octubre de 2015

Insaciable (Liras)

    *Si de mi baja lira
tanto pudiese el son que en un momento
aplacara en mí la ira
del animoso viento
y la furia del mar y el movimiento
"Lira es un tipo de estrofa de cinco versos de la métrica española e italiana, compuesta de tres versos heptasílabos (siete sílabas) y dos endecasílabos (once sílabas) con la siguiente disposición: 7a 11B 7a 7b 11B (Rimas)".

Me gusta ser amada,
por ese sentimiento que me tenga
la vida en su jornada,
un bien que me sostenga
la caricia, su beso y me entretenga.


Si su fuego transforma,
termina con la sed, sacio pasiones
y pone el cuerpo en forma,
¡batiendo corazones
en renuevo, festejo mis razones!
Dame, musa, pasión
para sentirte más de lo que quiero;
y a mis versos un don,
para cantar ese son
de luna, sol y un mirar de lucero. 

"Ranita"

sábado, 3 de octubre de 2015

No me extraña verme

No me extraña verme
observando a diario,
el tic-tac del tiempo
midiendo mi horario.
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No me extraña verme
entre tanta angustia
sentir la caricia
del alma en penumbra.
O, ver por mis sueños
quién me espera sola,
con su amor de siempre
por charcas y frondas.

¡No me extraña verme
abrazada a un sueño,
resaca de insomnios
frenesí de empeños!
Por si la palabra
me deja desnuda,
sin plumas, sin alas,
tampoco me asusta.

El único sitio
que encuentro en la vida,
es reflejo eterno
de una luna mía.
Y si fuese poco
decir que la quiero,
aquí ya lo afirmo
de diciembre a enero.

¡Pero, cuanto alegra
sentir por el verso,
los duendes azules
y allí... ya me pierdo!
No me extraña verme,
-lo dice una estrofa...
y el tic-tac del tiempo
llegando a la aurora.


Australia E. Lattke V. en: "Ranita Azul"