martes, 24 de febrero de 2015

Dueño del mar



Bullente ves la mar con avaricia
calmando su fragor en la tormenta
y sientes en su impulso qué lo enfrenta
al dulce palpitar de su delicia.

El quiere retozar en su codicia
y agita revolviendo y se acrecienta,
buscando del amor lo que lo alienta
del alma de una vida que acaricia.

¡Oh, mar de los ensueños, mi locura,
bravío en tu vaivén meces mi sueño
llevada en oleajes de dulzura!

Me atrae tu compás de mucho empeño
haciendo que me llene de ternura
y piense en el placer por ser mi dueño.

A. Elisa Lattke Valencia en: "Don Anselmo"



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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.

A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...