Poema de papelera
Y sé que hay una distancia
que se improvisa entre mi cielo y el tuyo;
como un pedazo de cristal en el calidoscopio de un sueño infantil.
Un corazón lleno como en un vórtice de luz,
como joya planetaria... ¡Azul!
Por eso, estoy como anclada en este ser mío,
y mi alma me frena y pregunta:
¡cómo puedo codiciar lo que ya tuve!
Sabe que puedo disparar palabras como ascuas
y herir lo que prefiguro del destino que lleva.
-Escribo y...¡la papelera del rincón está llena!
Por eso, anclada en mí, me rodeo de ideas,
me contengo y me defiendo con las más sumisas;
las busco en los bolsillos del que conjuga un tiempo pasado;
las palpo y las siento dentro de mí, y las lanzo y vuelan en el viento.
Y sé que llegan y van henchidas de felicidad,
porque vuelven en esa dicotomía que permite vivir...un poco más...sin tiempo.
Estas y no, pero sigues porque sí.
Entonces, me digo: ¡Que espere la papelera!
alattkeva
No hay comentarios:
Publicar un comentario
La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.
A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...