martes, 29 de mayo de 2018

Buscando recuerdos

Buscando por ahí recuerdos que encuentro dispersos por todo sitio.
hallo algunas cosillas que me traigo y dejo por aquí:

Bonitas son las lavandas
floreciendo en primavera,
y más linda quien se posa
compitiendo su belleza.
***
No las tengo abandonada
y es difícil olvidarse,
cada una en su morada
dando al ocio su buen arte.

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Si las almas tuvieran sombra, más de una estaría en fusión eterna con la luz que más ama.
alv
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Un Haiku:
Alados sueños
de las aves en vuelo
Al horizonte.  *alv
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Para un comentario:
El silencio es la parte más apreciada de todo amor  que prefiere mantenerse en la admiración, el deslumbramiento y la contemplación. Así intocable se hace perfecto, quizá porque el Amor verdadero necesita pruebas, para poder saber hasta que punto podemos añorarlo, para dejarse sentir tal como es; evanescente.
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 Para marcar diferencia, nos ha de distinguir algo más que tener una buena conciencia: siendo responsables de nuestros actos. *alv
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De los cuentos con: "Mi maga", mi abuela materna.

Esferas azules

Helmi, se llamaba la niña de este relato. Los hechos ocurrieron en un pequeño pueblo del norte escandinavo. La niña había visto algo que no se explicaban los que recuerdan lo ocurrido. Y comentaban: ¿por qué a ella le pasaban esas cosas y no a las demás compañeras de clase?  
Los hechos que les cuento pasaron en el recreo de la escuela, cuando todo mundo jugaba y corría feliz de un lado a otro, persiguiendo una pelota azul. Helmi y otras niñas miraban a las demás compañeras jugar. Dos profesoras vigilaban a todas las niñas mientras conversaban, pero sin dejar de mirar lo que hacían. De improviso, Helmi, se levantó y salió corriendo hacia la pelota azul, aunque nadie sabía porqué lo había hecho. Para Helmi no era una pelota, sino, "una esfera azul", la que ya había visto bajar del cielo antes de entrar a clase, y ver cómo se quedaba quieta y sin botar en el suelo y en mitad del patio. Estaba acostumbrada a ver ese tipo de esferas casi a diario y ciertos fenómenos que los demás no veían. Nunca les daba importancia y formaban parte de su mundo que compartía con su abuela.
Las había visto muchas veces por el jardín de su casa, pero nunca las había intentado coger con sus manos. Su abuela se lo había prohibido, pues quien la cogiese en las manos desaparecía de inmediato, o se convertía en una esfera azul volando hacia el cielo desde donde venían. Pero en ese momento en que las demás niñas jugaban, no era el adecuado para explicar a sus compañeras y profesoras, porqué iba a hacer lo que pensaba. Y menos, porqué ella sabía lo que iba a pasar si no intervenía de inmediato, desaparecía una de sus compañeras o todas a la vez.  Sólo bastaban unos pasos para llegar a la esfera azul, cuando sintió que alguien la detenía con fuerza, evitando que ella se hiciera con lo que llamaban las demás niñas "una pelota''. Todo pasó en un instante, nadie ha podido explicar lo ocurrido más que Helmi a su abuela, pues las niñas que habían tocado con sus pies la esfera azul, desaparecieron todas en ese preciso momento. Y el grupo de compañeras que la rodeaba, antes de levantarse en busca de la esfera azul, y empezar a correr, pensaron que era la culpable de esa desaparición de todas las niñas; pues estuvo contándoles algunas cosas extrañas que la pasaban.
Así que, Helmi, ante el bullicio y el caos que se armó por las compañeras desaparecidas, se zafó como pudo, de las manos de una de las maestras encargadas que la retenía, y salió corriendo hasta su casa. No podía aguantar a las otras niñas que se burlaban de ella, que no la creían y se sentía culpable de su desaparición, incomprendida y discriminada por todas sus compañeras. Algunas tenían más años que ella y eran muy malas alumnas, aunque creían saberlo todo. Ella era la más pequeña del grupo y por su cabello abundante, rubio y rizado, la habían puesto el mote de "Matojo", lo mismo que esas plantas de monte muy pobladas y espesas, que abundaban por el lugar.  
Mientras se alejaba monte abajo hasta su casa, escuchaba cómo reían sus amigas,  llamándola por ese mote que le parecía  horrible. Su cuerpo apenas levantaba poco más de cuatro palmos del suelo, pero corría como una liebre monte abajo. Sabía que lo que contaba a sus amigas no era del gusto de las maestras y menos, lo que decía ver de esas cosas que no percibían sus compañeras de clase, ni sus maestras que tanto sabían, era lo que más extrañaba de lo que creen que todo lo saben. Por todo eso se sentía rara, diferente y extraña a las demás niñas de su edad. Las maestras pensaban, que tenían que hacer caso al rumor de lo que las niñas contaban de su compañera Helmi, y por eso estaban todas vigilando en el patio ese día, para observarla.  
Cuando Helmi llegó a la huerta donde estaba su abuela, ésta ya la había divisado desde que empezó a gritar llamándola desesperada y salió a su encuentro, hasta abrazarse a ella y enjugar sus lágrimas con el delantal que llevaba puesto. Tardó un rato en consolar a su nieta. Y llevándola a la cocina, hizo que se sentara a tomar algo con ella y esperó a que estuviese tranquila para que contase lo ocurrido. 
A trompicones y aún hipando por el mal rato pasado, Helmi empezó a contarle a su abuela, pidiéndole que no se riera de ella, como las demás niñas de la escuela.  Ésta, comprensiva la escuchó en silencio y con gran atención.
 -Mira, hija, eres como yo, pero no te preocupes de tus 'ojos de ver', ¿qué ha sido esta vez, dime lo que te ha ocurrido? 
-Abuela, ya sabes todo eso que me pasa... Que dices que no lo cuente a nadie, pero hoy he sido desobediente para ver qué pensaban mis amigas de la escuela,  y así evitar que se riesen de mi cabello ensortijado, mi cuerpo pequeño, y que me tuviesen envidia por hacer bien mis deberes de la escuela y saber de memoria lo que nos piden; así que les referí algo de lo que ya sabes tú y mamá de mí, sólo para asustarlas. Todo iba bien pero llegaron las compañeras mayores y se sentaron con nosotras; y empezaron a reír y a negar que todo lo que les decía fuese cierto. Y me dio mucha rabia. Entonces, me levante del banco y fui corriendo a recuperar mi esfera azul para desaparecer para siempre. No quería estar con ellas ni esas profesoras que vigilaban, mirándome todo el rato sólo a mí, pero antes de llegar desaparecieron todas las niñas que jugaban con "la pelota azul", como la llamaron al verla en el suelo del patio y empezaron a darle patadas. Yo la había visto antes bajar del cielo y ponerse en el suelo, al llegar a clase. Era tarde y no la hice caso dejándola allí.   

¡Ay, mi niña, tus ojos y los míos son heredados de todas las generaciones de mi parte materna. Nos hemos traído nuestros antepasados encima con todas sus experiencias y sus historias de siglos. Así que cada vez que veas algo apúntalo o me lo cuentas y con ello te tranquilizas, siempre te lo he dicho, ve a por papel y lápiz, hoy es domingo. Pero dime: ¿qué hacías en la escuela con pijama si hoy no es un día de clase?
Mientras su abuela preguntaba a su nieta, ésta se miraba la ropa que llevaba encima y los pies descalzos, muy sorprendida. 
¿Venga, cuéntame qué te ha pasado, son acaso por esas esferas azules con las que has soñado de nuevo, y has ido hasta la escuela, detrás de ellas como una sonámbula? ¡Vístete y luego me cuentas de nuevo lo que te ha ocurrido, pero mejor escríbelo, que tienes todo el día para ello, luego me lo lees, ya veremos qué extraemos para reír un rato de esos fantasmas, que se difuminan en la niebla de nuestros sueños o en la realidad de nuestras ilusiones. ¿Sabes?...Hoy no hay nadie en la escuela, lo sé porque pasaron muy temprano tus maestras de excursión y me saludaron. Preguntaron por ti y estaban durmiendo... ¿Lo vas comprendiendo? A mí también me pasaba de niña y sufría por ello. Se trata de no tener miedo por lo que percibes y sí de quien lo niega u opina lo contrario, para hacerte rabiar. o beneficiarse de las ideas que les estás dando... Porque, lo que estás contando y está en tu cabeza, es tuyo, no te olvides y debes guardarlo para ti; pero también debes aprender a relatarlo como si fuese cierto, como un cuento más, una realidad que por extraña que parezca, llama la atención, porque nadie la cree si no es haciendo un cuento con ella, un relato para para pasar el tiempo, como lo haces tú leyendo tus cuentos de hadas, gigantes, duendes y princesas. Eso se llama creación literaria. Ya te enseñaré mi niña a conducir ese loco cerebro lleno de rica fantasía como el mío; así no notarás esa crueldad del incrédulo que te hará sufrir, porque todo lo que has visto o percibido con los sentidos de verdad y despierta, no son producto de tus sueños ni te lo has figurado y yo y tu madre sí te creemos, cuando nos dices que has visto algo...y nos lo cuentas como ahora. Confiamos en tu mente y que aprendas mucho, para poder relatar tantas historias como las de los grandes fabulistas y otros cuentistas importantes, como las que guardas y ves de cierta manera que no ven otros, aún antes de ocurrir. Hoy, mi niña has caminado sonámbula hasta la escuela, debí cerrar la cancela del portón que te dejaste abierta y me extraño, pero confiada me fui a la huerta a remover la tierra de lo sembrado...¡Venga, niña, ve a lavarte y ponte la ropa que tienes el pijama puesto todavía! 
Helmi, que había dejado de hablar mientras su abuela explicaba lo ocurrido, comprendió todo, la besó y se fue a la habitación feliz y tranquila diciendo: -"¡Estoy despierta, era una pesadilla más, soy una sonámbula muy tonta y qué bueno que sea hoy domingo!" Al llegar a la habitación ve con sorpresa que hay una esfera azul delante de la puerta... Y nerviosa chilla llamando a su abuela:
-¿Pero abuela, qué hago con la esfera que hay en la puerta de mi habitación? ¿Acaso sigo dormida y no es hoy, domingo?
Y contestó su abuela:
-No te preocupes, esa te la dejé anoche con un cuento dentro, la recuperé del patio de la escuela antes de verte bajar corriendo.


alattkeva

La historia es cierta y una de tantas.

Este tipo de cosas que nos pueden pasar, lo que indican es que, si percibes lo que otros no pueden ver, escuchar o sentir, es posible que lo que se figuren de ti no sea agradable. Esto pensaría la abuela de Helmi y seguro que no le gustaría lo que podrían figurarse de su nieta, ya sabemos del genio que tiene cualquier abuela defendiendo a sus nietos, como si fuesen sus propios hijos y sobre todo la verdad. Entonces, comprendes a diferencias de las buenas y malas vibraciones que rodean la realidad individual, en quienes así piensan. Hay que relajarse, dejar de confiar en alunas gentes y que fluya en silencio la magia que no tienen y no pueden manejar como la abuela de Helmi.

¿Sabes porqué, lector?
...

Porque la vida de algunos seres humanos es plana y muy triste, sólo les pasan cosas comunes que a todos pueden pasar, pero nunca nada que les sorprenda o les haga reflexionar, hasta que cae algo en sus manos que no se esperaban... Entonces reflexionan.  Es el sino una gracia especial. Basta reflexionar cada día para comprendernos mejor y, sobre lo que vemos y comprendemos hasta esos límites que no podemos sobrepasar, saber qué hacer con ellos. Limitar lo que es cierto de lo que no es... Lo que es puede ser como esas "esferas azules", también pueden ser blancas y brillantes"-es el ejemplo de lo que has visto, leído y ves con los años que se tienen y todo será más claro, porque recuerdas lo que te han dicho y de qué forma cruel pero para hundirte, para evitar que tengas estímulos, para hacerte creer que no vales, que no sobresalgas en en nada; porque lo único que se desea es que seas nadie, cuando se sabe que tienes mucho por contar o decir y que hay un fondo moral mucho más grande y genuino... Que vienes del sufrimiento y no de la opulencia, que conoces el mundo de otra forma y tienes una visión diferente de aquél que no ha vivido tus experiencias, pero se inventa carencias, dolor, desilusiones y hasta enfermedades, para conseguir esa creatividad superficial con otros fines y sumar tantos a favor. Lo que  oído, pero es así la realidad y no puedes cambiarla o negar que no has visto nada y menos, que todo te lo has figurado.

Yo, tu abuela, aún piensa que me falta aprender de otros para saber más de mí, pues son los otros los que con sus acertadas opiniones, sin envidia y con el corazón en la mano, siempre te dirán la verdad o te corregirán, empezando por tu madre y por mí. Jamás te mentiríamos porque sólo deseamos tu bien.
Cuando tengas alguna duda o te preocupe algo que no entiendes, acércate y nos lo cuentas sin agregar nada más que lo que ves o escuchas. Te hará bien y verás que no te quitarán el sueño aquéllos que desean permanecer con nosotros, aún después de haber fallecido, pero es necesario rezar y hacerles ver el camino de la luz, el mismo por el que venimos y nos vamos.
Porque , el que no piensa en Dios, tiende a olvidar su camino de vuelta.
Eso sólo nos indica que nadie muere del todo, que sólo perdemos la costumbre de llevar un traje que es de ilusión, un armazón muy inteligente hecho de huesos y forrado de piel con vida, por tener una perfecta construcción para mantenerse la mayor parte del tiempo, con salud y reluciente. Es porque lo necesita el alma... Nuestra principal esencia que como una crisálida se está formando y tarda en salir de esa prisión oscura, donde ella misma consigue su metamorfosis para hacerse con un cuerpo alado.

Somos como una semilla. Tenemos un traje muy bonito, perfecto y útil para movernos, hacer cosas que sin el no haríamos, pero no deja de ser un estorbo, para quien no sabe estar sin el a ratos o cuando fallece le deja de servir, hay que saber desde ahora y aprender cómo despojarse de todo lo que el alma lleva encima, le pesa y no le pertenece. No por ello debemos preocuparnos más de lo habitual. La magia viene con nosotros y reconoce todos los caminos, pero sólo hay uno de vuelta. Siempre se cambia de 'traje'...  después de purificar el alma con la muerte temporal. Es placentero no seguir usando el mismo cuando se aja, no funciona o se rompe.
...
"La maga" dio dos chupeteadas al 'pucho' de tabaco que ya quedaba, y dejó que el humo saliese de su boca hasta que volvió a dirigirse a mí, con sus ojos llenos de ternura, no sin antes haber tirado el  tabaco a la lumbre de leña encendida y lanzar un escupitajo sobre las brazas encendidas.
Ya se preparaba para empezar de nuevo su faena diaria y todo lo que necesitaba estaba encima de la encimera de la cocina tapado con un paño blanco. Pronto se sentiría el aromático guiso de verduras  con tortitas de maíz que tanto gustaba como comida de todos los domingos.

alv: "Ranitaa Azul"

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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.

A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...