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Por el alma me tengo,marinera de sueños,luminosa y seguraizo velas al viento.Con los ojos cerradosindivisa y serena;en los párpados de aguase han quedado las penas.
Por mi orilla de ausencias
siempre visto de brisas,
los cabellos al viento
ondulando en la orilla.
Y, de espuma las manos,
y de olas un pecho,
me acaricias el alma
con aromas secretos.
Y rielan fugaceslas miradas de cielosy tropieza mi asombro,en tu boca de besos.Y el velero navegaen su mar de silenciosy sus remos son alasde batientes consejos.alv
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La palabra es el arrullo de Dios cuando causa una impresión inolvidable.
La mejor dádiva, es haber conseguido que nuestros semejantes se sientan felices, siempre que seamos sinceros con lo que opinamos.
A. Elisa. Lattke Valencia, sólo va pasando como un cometa cada cien años...